Dadas las ultimas muertes, que ya llegarían a cinco, producto de las manifestaciones agrarias pareciera que estamos gobernados por un Búfalo Vil que lejos de conmoverse por los hechos le hecha la culpa a los demás.
EL mismo personaje que prometió no firmar el TLC, el mismo que acuso a Lourdes Flores de llevar al mensajero de la derecha aludiendo a Woodman (y al que después recogió para darle un cargo). Es el mismo de los hechos del Frontón sin dudas.
Lo peor de todo, es que estos campesinos no parecieran tener derechos humanos porque casi nadie ha levantado su voz de protesta.
Las ONG de izquierdas, ni los seudo liberales defensores de todas las libertades pareciera importarles para nada lo sucedido.
Hace un tiempo atrás, un comentarista llamado Tanaka, hacia referencia en Perú 21, que a Alan ni a Belaunde se le podían comparar con Fujimori (respecto a la violaciones de los derechos humanos) debido a que este último había sido un dictador, mientras que los dos primeros habían sido gobiernos democráticos. El comentarista en mención concluía argumentando, que no teniendo Belaunde ni Alan todo el poder, estos no podían ser considerados responsables directos de las violaciones a los derechos humanos durante sus gobiernos.
La constitución dice que el primer mandatario es el jefe supremo de las fuerzas armadas por lo que no existe diferencia entre un dictador y un “demócrata” a la hora de violar los derechos humanos.
De modo que no hay manera de exculpar a alguien, por el simple hecho de haber llegado al poder democraticamente, mas aun si este viola constantemente los derechos humanos y no muestra siquiera signos de remordimientos.
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