Desde hace cuatro años el Cristo Antitaurino de Quilca es sacado en procesión a protestar contra las corridas de toros. Su feligresía la conforman punks de 18 años y tíos con espíritu punk de 50, pasando por chicas vegetarianas, miembros de la comunidad Alfa y Omega, alguno que otro nacionalista, poetas, narradores, libreros del lugar y un largo etc que sería difícil de tratar de completar. Este combo variopinto se desplaza mismo sahumadores detrás del Cristo Antitaurino en dichas procesiones. Y es el mismo espíritu milagroso que se delato en la celebración del XVII aniversario de los Viernes Literarios (18 de enero), que mal que bien, cumple la función de convocar a poetas y narradores de distintas estirpes ideológicas que se congregan todos los viernes para celebrar el acto ritual de los fines de semana. Se le puede criticar a Juan Benavente muchas o algunas cosas, pero en un país en donde el estado es una garrapata pegada a la piel de la población. Gente como Juan es importante, he visto más de una ocasión a Juan poner de su dinero para arreglar los parlantes con que realiza sus eventos sin recibir nada cambio. Nada material quería decir, pues muchos viven agradecidos a él por darles la oportunidad de expresarse. No son pocas las ocasiones en que poetas, narradores y cantantes venidos de provincias remotas para mi inexistentes han recaído en los Viernes Literarios.
Por eso felicitaciones Juan aunque a veces bromeo con tu obsesión casi mesiánica de aportar algo a la cultura de este país.
Por eso ahí nos vidrios muy pronto en los Viernes Literarios.
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