miércoles, 23 de enero de 2008

LOS HIJO DE PERRA Y EL PERRO DEL HORTELANO


Ultimamnete hay un grupo entusiasmado en hablar acerca del Perro del Hortelano. Desde un alcalde huachafo que ha puesto una pancarta en plena avenida, hasta periodistas engominados (antes fujimoristas ahora convertidos en aduladores del presidente de turno), y es que a simple vista, efectivamente, oponerse a la inversión privada es un ofensa en un país en donde escasea el trabajo. Pero de quien depende generar un ambiente adecuado para generar inversiones. Acaso esa no es una de las funciones del estado. ¿Quien genera inestabilidad? ¿La gente común o corriente o el político que promete A y termina haciendo C?.
Cuando compramos un producto electrodoméstico en una tienda comercial, y este sale defectuoso, o no tiene las características que se nos dijo que poseía al vendérnoslo. Regresamos a la tienda y hacemos nuestro reclamo y si no somos atendidos vamos a INDECOPI, presentamos la denuncia del caso y nuestro dinero, por lo general, después de un tramite administrativo se nos es devuelto.
Algo así debería pasar cuando el político que nos prometió A término haciendo C. Ante esas circunstancias acaso no estamos en el derecho de reclamar y en el mejor de los casos pedir nuevas elecciones por incumplimiento de contrato. ¿Acaso prometer A y hacer C no es una estafa?. ¿Porque no considerarlo así?.
Un gobierno ineficiente que no sabe comprar patrulleros y compra ambulancias camión no esta en una posición ventajosa como para exigir eficiencia.
Sin lugar a dudas hay ONG que sin proponérselo hacen el juego a terceros como es el caso de algunas ONGS ambientalistas en Bolivia financiadas por George Soros. Pero de ahí a generalizar es poco serio de parte de un gobierno que en un año ya generó casi una inflación de 5%, cuando esta ni siquiera debió llegar a 3%, según la inflación por metas que el Perú se comprometió a cumplir unilateralmente desde hace más de 10 años.

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