domingo, 26 de octubre de 2008

LOS DESEOS DE BAYLY...


Lo que escribe Jaime Bayly no es de mi agrado pero hoy no pude dejar de leer el artículo que escribió en el suplemento del domingo del Diario la Crítica de Argentina.
Como viene siendo de un tiempo atrás Bayly viene alucinando la muerte de varios personajes de la política internacional.
Primero fue Chávez y Fidel Castro pero hoy se unen a ellos varios personajes como Bush. En parte del artículo se puede leer..

Al tonto de Bush, que se volvió más tonto cuando dejó de beber y meterse cocaína y
empezó a cultivar amistad con Dios (que es algo mucho más tóxico y peligroso que la cerveza o la coca), me gustaría verlo morir cazando con Cheney, los dos idiotas con
escopetas persiguiendo patos o liebres y de pronto a Cheney le da un infarto o preinfarto y aprieta el gatillo y mata por la espalda al oligofrénico feliz de W, que, siendo el más tonto de todos los hermanos, terminó siendo presidente, cosa curiosa, misteriosos son los designios del Señor.

Al Papa Benedicto, ese viejo nazi y marica, me gustaría verlo morir gozando, chillando en latín, mordiendo la almohada, sodomizado por diez mauritanos aventajados y sin vaselina, a pura saliva, y que antes de que muera de éxtasis y placer inenarrables le dejen el culo como pozo de petróleo y alcance a decir (en alemán, idioma en que supo cantar loas a Hitler) que todo lo que defendió era mentira y que ser gay no es malo sino estupendo y saludable y que ser ensartado
por un puñado de africanos es un placer supremo que la Iglesia no ha de seguir condenando y Dios Nuestro Señor habrá de perdonarle, no así los zapatos Prada rojos que suele calzar, infames.


Uno de los pocos que se salva de la muerte es Alan Garcia pero tampoco le va muy bien…

A Alan García no me gustaría verlo muerto, pero sí que, por ley, lo sometieran a dieta forzada, a dejar de tragar de ese modo obsceno en un país de famélicos, a trotar diez kilómetros cada mañana seguido por las cámaras y luego bañarse en el mar en un escueto traje de baño que exhiba ante las cámaras aquel vientre descomunal y creciente, amasado de saraos y francachelas que le paganlos pobres contribuyentes peruanos que ven cómo engorda descaradamente este rinoceronte voraz, casado con fina ciudadana cordobesa de más frugal apetito.

El suplemento completo, con el artículo de Bayly incluido, lo pueden bajar en formato pdf aquí..

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