lunes, 20 de octubre de 2008

UNDERGROUND


Siempre admire libros de poesía y no poetas, admire novelas y no narradores. Y es que eso de ir prendiendo velitas e incienso a Santos Cachones de buen verbo y de los otros siempre me resulta huachafo.
Por eso me lié con mas de un Santón en mas de una oportunidad y es que en el fondo aunque (I want to belive como el personaje de los expedientes secretos x) para la literatura soy completamente ateo.
Pero hoy me ocurrió algo extraño, cuando regresaba a casa, luego de pasar horas en el lugar donde trabajo de manera independiente. Al dirigirme a la tienda, que queda justo al frente de mi centro de labores, me tope con un tipo que parecía ebrio y que enseñándome un libro en donde sobresalía una foto me decía que esa era su foto y que ese era su libro, “el mejor libro del Perú” y me invitaba a chequearlo.
Me dio risa y termine ingresando a la tienda pensando que se trataba de un loco y borracho a la vez pero después, mientras pagaba, me entro la duda. El tipo realmente no estaba sucio como para parecerme loco, ni tampoco olía a licor, y realmente aunque ahora parecía tener mas años en realidad si se parecía al poeta de la contratapa del libro, nada menos que un Santón de los años 70 integrante del mas conocido grupo poético de aquellos años.
Con curiosidad vi que el tipo también se acerco a uno de los dueños de la tienda, que se encontraba afuera y también lo abordo con las mismas frases con las que me detuvo a mí.
Al salir le pregunte al dueño que se encontraba afuera adonde se había marchado el tipo con el libro en la mano y me dijo que se había metido a una especie de cochera jardín de la casa del costado. Mire hacia aquel lugar y lo vi sentado en una silla como si se tratara de un anciano decorando la entrada como un macetero.
Realmente parecía él, la mirada la tenia perdida y note que en realidad no estaba ebrio sino mas bien su estado me remitía a lo que comúnmente solemos identificar como quemo cerebro.
Llegando a casa busque su nombre en la red y logre ver unas fotos, digamos que recientemente, colocadas por uno de sus tantos devotos, era de hace dos años y realmente era él. Por si fuera poco describía casi el lugar de su nueva residencia y coincidía con el sitio donde lo acababa de ver.
Aun algo consternado le comente lo ocurrido a uno de los amigos que encontré en el msm y me confirmo que ahora el Santón vivía por aquel lugar pero como tampoco era devoto de el y no sabia sus costumbres no me podía confirmar si su estado se debiera a lo que comúnmente llamamos quemo cerebro.
De todas formas creo que a veces el humo de los inciensos que prenden los devotos terminan por afectar mas a los Santones que el mismo humo que estos aspiran por su misma iniciativa (si fuera el caso).
Después de todo a veces eso de ir de marginal es una pose o un castigo en el que te empaqueta la sociedad.
La verdadera marginalidad es una opción y no una imposición de afuera. Tampoco debemos ir uniformados de marginal para serlo, ni pretender que todos los fueran ¿sino donde estaría el gusto?
Acaso más irreverente no seria ser marginal (por opcion), hacer cosas (muchas cosas que alteren la realidad fisicamente y no solo mental) pasarla de puta madre, y terminar la vida haciéndole pichulitas a la sociedad que andar caminando sin rumbo por las calles como un aborto de esta.

Los santones siempre me llegaron pero hoy este me dio pena.

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