viernes, 28 de noviembre de 2008

SOMOS 80



Siempre deteste a los senderologos de los 80s porque hacían plata hablando huevadas de un tema complejo sin saber nada Y lo mismo me parecían los ministros de esa época.
Uno hacían ver a Sendero como un enemigo formidable casi sin defecto y el otro lo ninguneaba.
Ahora parece que estamos regresando a esa época. Los tiempos en donde las autoridades sostenían que los senderistas, ni eran guerrilleros, ni eran terroristas y que sólo eran abigeos.
Pues ahora salen con el cuento que son narcoterrorista y que las emboscada se producen sólo por cuestiones de dinero y que sus ejecutantes casi no tienen ni ideología (leer las expresiones de Alan ligando los ataques al cartel mexicano en correo).
La verdad que cualquiera que guste de andar un poco por el Perú se dará cuenta que Sendero se vino reactivando desde hace mucho tiempo atrás y que no es difícil toparse con algún desquiciado de estos tratando de difundir su estúpida ideología y su comportamiento fascista cuando se le presenta la ocasión.
Pero la estupidez de este gobierno que se dedica a perseguir poetas, periodistas en vez de enfrentar seriamente la situación hace como lo decía anteriormente que me recuerde a los años 80s.
Hoy puedo leer en el Expreso (y ayer lo vi también en TV) lo que dijo una de la viuda de los policías:
“No les dan municiones y los jefes no salen a patrullar, salen sin balas, yo tuve que viajar a llevarle las municiones a mi esposo”, exclamaba desesperada al recordar que hace poco llegó a la capital tras haber acompañado por 15 días a su cónyuge en Tingo María. Cuenta que viajó para llevarle equipamiento que ella misma debió comprar con el poco dinero que gana su esposo, quien tenía 19 años de servicio de la institución policial. Con él vivió durante 15 años aunque hace dos contrajo matrimonio.
“Pido un resarcimiento porque los mandan sin balas, sin chaleco, esa es la situación real que uno no puede denunciar cuando el familiar está en actividad, porque si lo hacemos le dan de baja. Ni siquiera le dan uniforme, yo he tenido que comprar uno de segunda mano, lo que han hecho con mi Edson es un crimen”, clamó.
Regresamos a los 80s el mismo presidente, la misma corrupción, la misma cegera para ver los conflictos sociales.
En cierta oportunidad un amigo me comento, que cuando hacia su servicio militar, una vez lo mandaron a repeler un ataque de sendero sin balas durante el primer gobierno de Alan ¿volvemos a eso?.
Y claro ante esta situación después no tardaran en aparecer los rambos, que ante la improvisación de las cabezas, querrán solucionar el problema metiendo bala a todo lo que se mueva.

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