Como era de esperase, y después de casi tres meses, en el que sufrieron detención injustificadamente. Ayer fueron puestas en libertad Guadalupe Hilario Rivas, María Socorro Gabriel Segura, Damaris Velasco Huiza y Armida Valladares Jara, las cuatro mujeres que fueron apresadas en Aguas Verdes junto con Roque Gonzáles La Rosa, Carmen Azparrent Rivero y Melissa Patiño Hinostroza, salieron del penal Santa Mónica anoche, en cumplimiento de la resolución emitida por el presidente de la Sala Penal Nacional, Pablo Talavera, informa la el Diario la Primera de hoy.
”Las cuatro mujeres coincidieron en señalar que aún no se sienten libres. “No estamos libres todavía. Es una vergüenza que nos den comparecencia cuando no tienen ninguna prueba contra nosotros, porque somos inocentes”, dijo Damaris Velasco, quien se declaró indignada por la situación de su esposo, Roque Gonzáles, cuya detención fue ratificada por los magistrados”.
¿Después de este papelón provocado por Luís ALva Castro se atreverá a renunciar?
Hay que recordar que este se presento, después de detener a las ahora liberadas, ante la prensa anunciando como si tratara de una gran operación de inteligencia mediante el cual se había logrado captura a un grupo de terroristas.
A esto hay que agregarle la seria denuncia hecha por el también Diario la Primera en el que revela que “El ministro del Interior, Luís Alva Castro, insistió una y otra vez que los dos campesinos asesinados en Ayacucho, durante el paro agrario de febrero, no murieron a consecuencia de disparos de efectivos de la Policía; sin embargo, nueve policías, que estuvieron presentes en el mismo lugar y a la misma hora que ¬ocurrieron los hechos, lo desmienten, según un informe de la Fiscalía al que tuvo acceso LA PRIMERA”.
El documento, que menciona la Primera y que corresponde a la fiscalia, anota que el suboficial Carlos Alberto Rodríguez Huamaní (27) disparó con la escopeta lanza perdigones de serie E090267 que el servicio logístico de la armería Divinseec PNP-Ayacucho le entregó para el servicio. Al principio, el agente del orden declaró que hizo “un disparo disuasivo al aire (…) y posteriormente hizo tres disparos”. Luego cambió su versión y dijo que no había estado cerca de la escena del crimen, pero sus compañeros de armas lo desmintieron.
Días después, el 7 de marzo, Rodríguez aceptó haber disparado contra los manifestantes y afirmó que en la confusión perdió el arma. ¿Entonces por qué el ministro Luís Alva aseguró que la Policía no abrió fuego? El ministro aseveró además que renunciaría si se comprobaba que la Policía disparó a los comuneros. “Ninguna bala de la PNP causó la muerte de los campesinos”, señaló.
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