AL parecer todo el escándalo que se armo en el congreso fue armado por el mismo APRA a fin de que en un futuro cercano Garcia pueda disolver el congreso.
“El Presidente de la República está facultado por el Ar¬tículo 134º de la Constitución de 1993 a disolver el Congreso, si éste ha censurado o negado su confianza a dos consejos de ministros”, afirmó amenazante el legislador Pastor ante el fracaso de su partido de lograr ligeras reformas… (afirmaría según la primera el congresista aprista)
Como todos saben el lió, con tintes de barrio de broncas, en el congreso se inicio cuando parte de la oposición pedía que se discutiese acerca de volver a la constitución del año 1979 (noción que un inicio era y es avalada por un legislador aprista).
La verdad que particularmente entre la de 1979 y 1993 a la hora de ponerlas en práctica a favor de ciudadanos comunes y corrientes como nosotros es poco trascendente.
Pero lo que si es bueno señalar que la restitución de la constitución de 1979 fue una bandera que utilizó el APRA para lograr cierto respaldo popular a fin de llegar al poder.
De modo que cuando algunos congresistas ponen un cartelito en el congreso pidiendo que Alan cumpla sus promesas no le está faltando el respeto a nadie.
Siempre he comparado esta situación desde el punto de vista de un simple consumidor.
Cuando uno va a una tienda a comprar un artefacto electrodoméstico y es convencido de adquirirlo por el vendedor, presentando algunas características excepcionales del producto ofrecido, frente al de la competencia. El vendedor y nosotros estamos llegando a un acuerdo para realizar una transacción.
Pero que pasa si al llegar a casa nos damos cuenta que el artefacto no cumple con las características ofrecidas. Vamos a la tienda y pedimos la devolución de nuestro dinero porque fuimos engañados, y si no nos hacen caso podemos ir a INDECOPI a poner una denuncia que en la mayoría de los casos (cuando se trata de estos tipos situaciones) es favorable al consumidor.
A eso voy, el APRA ofreció a sus electores varias cosas que no cumple, ni pretende cumplir, regresar a la constitución de 1979, la no firma del TLC, son algunos de los ofrecimientos que hizo para conseguir que el consumidor (el votante) lograse votar por García.
¿De modo que podemos decir que se trata de una estafa?
¿Los que votaron por García podrían, deberían, poner una demanda en INDECOPI contra él?
No hay comentarios:
Publicar un comentario